La conducción distraída puede darse de muchas formas diferentes, y la gente suele pensar en ejemplos concretos. Por ejemplo, alguien que lleva una mascota sin sujeción en el coche puede distraerse cuando esa mascota empieza a moverse o a intentar interactuar con él. Alguien que tiene el teléfono en la mano puede distraerse con un mensaje de texto entrante.
Pero lo cierto es que existen tres categorías principales de conducción distraída, según la lista del CDC. Son las siguientes:
Distracciones manuales
Soltar el volante y los controles del automóvil por cualquier motivo se conoce como distracción manual. Un ejemplo podría ser estirar el brazo para coger un celular que está sonando. Esto reduce el control sobre el vehículo y aumenta la probabilidad de sufrir un accidente.
Distracciones visuales
Apartar la vista de la carretera también es una distracción, incluso para quienes siguen sujetando el volante. Quizás el ejemplo más común sea mirar el celular para escribir un mensaje de texto, pero incluso algo como leer una valla publicitaria podría considerarse técnicamente una distracción.
Distracciones mentales
A menudo denominadas distracciones cognitivas, se trata simplemente de cosas que desvían tu atención de la conducción y de la tarea que estás intentando realizar. A menudo son mucho más difíciles de detectar. Un conductor que sujeta el volante con ambas manos y mira a la carretera puede parecer atento, pero en realidad podría estar soñando despierto y no prestar ninguna atención al tráfico que le rodea.
Si ha sido víctima de alguno de estos tipos de conductores distraídos y ha sufrido lesiones graves, asegúrese de comprender qué opciones legales tiene a su disposición. solicitar una indemnización.

