A medida que el clima se vuelve más cálido, es posible que empieces a pensar en sacar tu bicicleta para disfrutar del aire libre. Andar en bicicleta puede ser una excelente manera de desplazarte al trabajo o hacer ejercicio.
La seguridad es una parte esencial del uso de la bicicleta. Tanto si circulas por calles concurridas de la ciudad como por zonas más tranquilas, puede producirse un accidente en diversas circunstancias.
El casco es una pieza fundamental para garantizar tu seguridad en la bicicleta. A continuación te explicamos lo que debes saber para asegurarte de que tu casco esté listo para otra temporada.
Después de los accidentes
Cuando miras un casco de bicicleta, puede parecer que es capaz de soportar mucho maltrato. Aunque puede proteger tu cabeza en un accidente grave, tiene sus límites.
Tu casco puede soportar un solo choque. Después del primer impacto, el material del casco que absorbe la caída se daña y deja de ofrecer la misma protección. Debes reemplazar tu casco después de cada caída, incluso si no estás seguro de haberte golpeado la cabeza.
Aproximadamente cada cinco años
Los cascos de bicicleta no duran para siempre, incluso si nunca te caes. El mayor problema es que, después de unos años, el material del casco se deteriora. comenzar a deteriorarse. Además, cada año, los fabricantes e investigadores desarrollan nuevas tecnologías para ofrecer más protección que las generaciones anteriores de cascos.
Para asegurarte de que tu casco te proteja en caso de caída, debes reemplazarlo cada cinco o siete años aproximadamente. Al reemplazar tu casco, te aseguras de contar con tecnología actualizada y materiales de calidad que te mantengan seguro.

